Como personas involucradas en el trabajo con la niñez dentro de nuestras tareas eclesiásticas hemos visto la necesidad de afianzar y articular el trabajo que en todo el territorio nacional se realiza con los niños, capacitando y brindado herramientas, revalorizando su tarea, brindando material preparado específicamente para el área y fomentando la participación de los pequeños como parte importante del cuerpo de Cristo.

“Instruye al niño en su camino” una palabra conocida por todos los que formamos esta maravillosa familia cristiana, pero queremos hacer hincapié en “el camino del niño”. No queremos que sean entretenidos, sino que sean instruidos en la Palabra y a la vez tengan sentido de pertenencia en el cuerpo de Cristo.
Más aún en la actualidad donde son bombardeados con las nuevas tendencias y estrategias del enemigo, habiendo llegado a ser nuestro país el de mayor índice de suicidios en niños y adolescentes, debido a la situación de abandono familiar y social de ellos, en una sociedad carente de adultos responsables que lleva a los niños al camino de la delincuencia y adicciones desde temprano edad. Lo que nos lleva como Iglesia a darle importancia a la “Instrucción” del niño, si realmente queremos producir cambios y que puedan crecer bien fundados en su fe cristiana.
¿Nos hemos preparado para acompañar a nuestros niños en esta etapa para que crezcan fundados en la Palabra de Cristo y en los principios que como cristianos creemos y practicamos?
Queremos brindarles a las iglesias, nuevas herramientas para esta tarea, teniendo en cuenta las problemáticas actuales que viven nuestros pequeños (abuso, desnutrición, bulling, grooming, etc).

Nuestro propósito se ve reflejado en el versículo que se encuentra en el Proverbios 9:9 “Da al sabio y será más sabio; enseña al justo y aumentará su saber”